sábado, 26 de diciembre de 2009

Navidá, Navidá...

Preparar una cena de Nochebuena y/o una comida de Navidad con una enferma de Alzheimer por el medio puede llegar a ser desesperante...
ayer quise morir o que se muriera ella... 


La preparación de la cena transcurrió sin mayor problema porque se la habían llevado a casa de mi cuñada ¡maravilla de mujer! y la tuvieron entretenida toda la tarde..., pero... la preparación de la comida... mi madre era una mujer que lo mismo valía para un roto que para un descosido... cuidó a mi abuela los últimos años de su vida. Mi abuela era una bendita: le dejaba llevar las riendas a ella; no se metía en nada de las cuestiones domésticas, aunque siempre había sido ella la que llevó todo, desde la ropa a la comida pasando por la limpieza... Mi abuela siempre supo, en todos los momentos de su vida, cual era su sitio. Mi madre no. 


Nuestra relación es muy difícil, para mí, soy la esclava. Tengo que hacer lo que ella dice, cuando lo dice y como lo dice.... y si no lo hago ¡monta una bronca!


El problema surge cuando la comida que preparas tiene un proceso y una hora de término porque hay 9 (nueve) personas pendientes de que lleguen las 14:30... 


El pan y el agua ¡su obsesión!... En ese momento ¡más vale que dejes todo lo que estés haciendo! y pongas el pan en la cestita y el agua en la mesa, aunque se caliente o asumas que se va a montar la bronca del siglo...


Y con eso ¡no puedo! me altera, se me pasan los minutos de cinco en cinco y se me modifica el ritmo respiratorio ¡con lo que fatiga eso! y en mi cerebro empiezan a estallar chispitas... cuento hasta diez, hasta veinte... hasta quinientos... pero a ella le da lo mismo ¿ya has puesto el agua? ¿y el pan?... su tono de exigencia se mete hasta mi barriga y ¡arjjjjjjjjjjjjjjjjj! la mataría, o me mataría o me iría de casa o entraría en la legión aunque tuviera que hacer mil flexiones diarias...


Pero bueno, todo tiene su fin y ¡ya es día 26!


Y ahora los deseos de siempre de PAZ, ALEGRÍA, SALUD, PROSPERIDAD y .... ¡Ay, madre que sólo quedan 364 días para la del año que viene!...


¿Véis por qué yo sólo pedía "sobrevivir" a todo esto?... Lo de mantener el peso ¡imposible! ante la ansiedad se come y ¿qué mejor que algo dulce y a mano como unas figuritas de mazapán o un trozo de turrón?... 


¡Menos mal que ya están ahí las rebajas!



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por tu comentario! Seguro que me hace mejorar... ¿o no?